El ejercicio regular es un hábito conocido por promover una salud óptima. Tal vez lo odies o tal vez lo ames. Pero, es el hábito más valioso que puedes tener en tu vida.
Si tú ya tienes el hábito de hacer ejercicio de forma constante, definitivamente sabes de lo que hablamos. Pero si aún no has logrado ser muy activo en tu rutina diaria, te daré pasos para empezar con el hábito de hacer ejercicio y convertirlo en un verdadero hábito permanente. Además, descubre por qué el ejercicio puede ser una receta para algo más que bajar de peso.
Pregunte sobre el ejercicio
Antes de comenzar una rutina de ejercicios, hable con su médico de familia. Esto es importante si:
No ha estado activo.
Tiene problemas de salud.
Está embarazada.
Es un adulto mayor.
Pregúntele a su médico cuánto ejercicio es adecuado para usted. Un buen objetivo para muchas personas es hacer ejercicio 5 veces por semana durante 30 a 60 minutos cada vez. Si 30 a 60 minutos suena difícil de incluir en un horario ocupado, puede dividir su actividad física en pequeños períodos de tiempo. El ejercicio tiene tantos beneficios para la salud, que cualquier cantidad es mejor que ninguna. Intente hacer ejercicio durante 10 minutos a la vez, varias veces a lo largo del día. Por ejemplo:
En el trabajo, use las escaleras en lugar del elevador.
Salga a caminar durante el almuerzo.
Haga las tareas del hogar a buen ritmo.
Baile mientras escucha música
1. Define qué es hacer ejercicio para tí.
La palabra “hacer ejercicio” no es muy definida aunque parezca lo contrario, pues hacer ejercicio puede ser muchas cosas al mismo tiempo y puede adaptarse según tus preferencias personales. Por ejemplo, puede ser: jugar al fútbol, bailar, correr, caminar, ir al gym, nadar y un largo etcétera de opciones de todos los sabores y colores.
Tal vez ya trataste con la clase de spinning o de zumba y la odiaste, o tal vez te has hecho daño en tu primer día de pesas. Pero, eso no quiere decir que todas las formas de ejercicio sean iguales. Hay miles de formas para mover tu cuerpo.
Así que lo principal es que definas qué quieres hacer exactamente, mientras más específico puedes definirlo ¡mucho mejor!.
2. Empieza con un ejercicio fácil.
Cuando estás por empezar con el hábito de hacer ejercicio, lo primero que debes de tomar en cuenta es empezar con lo que tú puedas y ser realista.De nada sirve proponerte una meta muy ambiciosa y renunciar al poco tiempo (o vivir adolorido de los músculos una semana completa).
Cada intento y fracaso debilita tu autoestima y genera más resistencia mental para comenzar. Por eso, lo mejor es comenzar simplemente con algo mucho más fácil de lo que tú te consideras capaz de hacer.
Si tu ya hacías ejercicio antes y, lo que necesitas es retomarlo, la estrategia de comenzar con muy poco aplica para ti también. Si ya tienes en mente el ejercicio con el que estarás empezando, analízalo una vez más y decide si es realista comenzar con eso.
Tienes que organizar todo tu día para lograr llegar a tiempo a la clase, preparar tus cosas con antelación, desplazarte hasta la clase, cambiarte de ropa, tomar la clase y volver a casa.
3. Elige una actividad como recordatorio.
Es más fácil que logres tu meta con éxito si te propones hacer ejercicio justo después de una actividad que ya es un hábito, como por ejemplo: después de lavarte los dientes, después del café de la mañana, después después de hacer la cama, etc.
4. Encuentra una recompensa saludable.
En realidad el ejercicio por sí mismo tiene que ser tu recompensa. Simplemente por los múltiples beneficios que ya conoces cómo verte bien y sentirte mejor. Además de forma natural se producen ciertas sustancias que generan placer y bienestar.
Son embargo, es probable que al principio tu cerebro no se de cuenta de todos estos beneficios y solo esté concentrado en lo incómodo que es. Así que tenemos que darle una ayudadita a ese cerebro perezoso con una pequeña recompensa inmediata.
5. Lleva un registro de tus avances.
Todos los humanos somos pésimos recordando. Somos engañados por nuestro inconsciente y generalmente tendemos a sobreestimar el ejercicio que hacemos y cuando lo hacemos.
Para no exagerar y ver objetivamente el progreso que has logrado, tienes que registrarlo. Esto además se convierte en un fuerte motivador, si lograste más de 10 días seguidos no querrás detenerte y volver al día cero.
6. Consiga un compañero.
Hacer ejercicio con un amigo o familiar puede hacer que sea más divertido. Un compañero de ejercicio puede ofrecer apoyo y aliento. Además, será menos probable que se salte un día de ejercicio si alguien más cuenta con usted.
7. Mezcle su rutina.
Es menos probable que se aburra o se lastime si tiene alguna variedad en su rutina de ejercicios. Camine un día. Monte en bicicleta al siguiente. Considere actividades como bailar y practicar deportes de raqueta, e incluso tareas como pasar la aspiradora o cortar el césped.
8. Elija un momento cómodo del día.
No haga ejercicio demasiado pronto después de comer o cuando hace mucho calor o frío afuera. Si está demasiado entumecido para hacer ejercicio en la mañana, espere hasta más tarde en el día.
9. No te desanimes.
Pueden pasar semanas o meses antes de que note algunos de los beneficios del ejercicio, como más fuerza, resistencia, energía o pérdida de peso. Si pierde algunos días, no abandone y planee comenzar de nuevo la próxima semana, o el próximo mes. Comience de nuevo hoy.
10. Olvída de “sin dolor no hay mérito”. Si bien un poco de molestia es normal después de comenzar a hacer ejercicio, el dolor no lo es. Tómate un descanso si sientes dolor o si estás lesionado.
Has que el ejercicio sea divertido. Lee, escucha música o mira televisión mientras monta una bicicleta estacionaria, por ejemplo.
Encuentra actividades divertidas, como dar un paseo por el zoológico.
Ve a bailar, aprende a practicar un deporte que disfrutes.